PRODUCTOS DE APOYO EN DAÑO CEREBRAL ADQUIRIDO

junio 1 , 2015 /

PRODUCTOS DE APOYO EN DAÑO CEREBRAL ADQUIRIDO

Según la ISO (Organización Internacional de Normalización) podemos definir los productos de apoyo como “aquellos instrumentos, equipos o sistemas técnicos utilizados por una persona con discapacidad, fabricados especialmente o disponibles en el mercado, para prevenir, compensar, mitigar o neutralizar una diferencia, discapacidad o minusvalía”.

Tras sufrir un Ictus, TCE (Traumatismo Craneoencefálico), un tumor cerebral o cualquier tipo de lesión en el cerebro, las personas, en ocasiones, necesitarán productos de apoyo para la ejecución de algunas AVD’s (Actividades de la vida diaria) tanto básicas como instrumentales. Estas medidas de apoyo mejoran su independencia y la funcionalidad, ya sea mediante adaptaciones para la persona o en su propio entorno. La ayuda técnica o producto de apoyo está encaminado a disminuir la deficiencia que presenta la persona con daño cerebral o la discapacidad generada por ésta.

El terapeuta ocupacional es el profesional responsable de escoger la ayuda más adecuada según el objetivo que se pretenda conseguir, las características particulares de la persona, del entorno, etc. procurando que sean sencillas y fáciles de utilizar. En ocasiones, será necesario adaptar la ayuda a las necesidades de la persona fabricándola de forma artesanal, con el fin de conseguir la máxima funcionalidad posible y, a veces, un abaratamiento del coste. Una vez escogido el apoyo se debe entrenar a la persona y a sus familiares, en su uso para adquirir la máxima eficacia en su utilización y promover la independencia y   autonomía en la personas.

Si nos centramos en las ayudas técnicas orientadas al desempeño de las Actividades Básicas de la Vida Diaria (AVDB’s), podemos clasificarlas en función de:

  • Ayudas para comer y beber (cubiertos con mango de goma, engrosadores, platos inclinados, correa ajustable para utensilios, bordes de platos…)
  • Ayudas para vestirse y desvestirse (abotonador, calzador de medias o calcetines, pinzas alargadoras…)
  • Ayudas para el cuidado personal (esponja con mango largo, lima con engrosador, peine ergonómico…)
  • Ayudas para la adecuación de la vivienda (rampas, barras, antideslizantes, asideros, alzas…)

En el proceso de rehabilitación estas medidas van encaminadas no solo a facilitar la ejecución de las Actividades de la Vida Diaria (AVD’s), sino también como elemento del proceso rehabilitador. Según la evolución de la persona el uso de estas ayudas puede disminuirse o, en algunos casos, eliminarse.

Es relevante destacar la importancia de no abusar de estos apoyos evitando así que la persona adopte una actitud pasiva frente a la actividad. Por ello, es imprescindible asegurarse de que son realmente necesarios dichos apoyos.

Por tanto, antes de la adquisición de cualquier producto de apoyo es conveniente buscar ayuda y asesoramiento por parte de un profesional cualificado que, tras estudiar las necesidades y características particulares de la persona y de su entorno, les orientará en la adquisición efectiva y les informará de las prestaciones que ofrecen los Servicios Sociales de cada comunidad.

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