De la rehabilitación funcional al reajuste en el contexto normalizado.

septiembre 28 , 2015 /

De la rehabilitación funcional al reajuste en el contexto normalizado.

El objetivo fundamental del proceso rehabilitador en personas con daño cerebral es fomentar su máxima autonomía e independencia, de forma que les permita integrarse y reajustarse a su contexto más próximo y normalizado.

Desde la Fundación ATENEU decidimos apostar por la promoción de acciones orientadas a la funcionalidad, apoyando a la persona con daño cerebral a construir un nuevo proyecto de vida respetando al máximo su estilo de vida premórbido y adecuándolo a su entorno natural.

En las líneas que siguen compartimos una propuesta de actuación, proyectada a partir de las necesidades reales de las personas con daño cerebral adquirido, sus familias y nuestra propia experiencia que pretende dar respuesta al colectivo específico que se encuentra con la realidad del retorno a su contexto.

Este enfoque de trabajo surge de la necesidad de aquellas personas con daño cerebral que presentan secuelas de carácter leve-moderado que, tras el alta hospitalaria, han vuelto a su entorno habitual y presentan un potencial de mejora que requiere de apoyos e intervenciones terapéuticas orientadas a potenciar su actividad personal, familiar, social y laboral.

Entendemos que la vuelta al contexto normalizado es un momento delicado, no exento de miedos e inseguridades tanto para la persona afectada como para su familia. El papel de las expectativas y la sobreprotección pueden mediatizar el proceso de adaptación y normalización a la nueva situación, bien facilitando o entorpeciendo el proceso de adquisición de la máxima autonomía posible e independencia de la persona con daño cerebral.

Con el fin de dar respuesta a estas nuevas necesidades se apuesta por el diseño de un servicio holístico y flexible de carácter ambulatorio: el Servicio Especializado de atención integral para la Promoción de la Autonomía y la Participación social (SEPAP). El perfil prototipo son personas con daño cerebral adquirido que precisan de apoyos terapéuticos para alcanzar el máximo funcionamiento autónomo en un contexto natural.

Para poder articular este servicio es necesaria la participación activa y coordinada de diversas disciplinas; Neuropsicología, fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia, trabajo social, integrador social, educadores, etc. Todos los componentes del equipo cuentan con conocimientos, habilidades y competencias específicas y especializadas en daño cerebral.

La metodología de trabajo parte de una valoración inicial interdisciplinar de la persona afectada quien tiene un papel activo junto con su familia y los propios profesionales. En esta evaluación se contemplan las capacidades y limitaciones derivadas del daño, así como su contexto premórbido y actual. En base a los resultados obtenidos, se diseña el Plan Individual de Intervención conjuntamente con la persona afectada y su familia. Se especifican los objetivos a conseguir haciendo hincapié en que sean medibles, tengan carácter funcional y revisables en los periodos de seguimiento.

El siguiente paso es el establecimiento de los programas que se consideran más idóneos para conseguir los objetivos planteados intentando, en la medida de lo posible, priorizar siempre las actividades en la comunidad que complementan los programas y actividades del propio servicio. Algunos de los programas fundamentales de que disponemos son: rehabilitación interdisciplinar, entrenamiento en vida independiente, entrenamiento y apoyo en la comunidad, entrenamiento en la esfera psicosocial, grupos psicoterapéuticos, sistemas de apoyo y ayudas técnicas, Información y Búsqueda Activa de Empleo, entrenamiento y apoyo en el ámbito laboral.

Este enfoque de trabajo se sustenta en una atención dinámica e innovadora, basada en apoyos, centrada en la persona y orientada al contexto real. Asimismo aprovecha las infraestructuras y recursos existentes en la comunidad (escuelas de adultos, ayuntamiento, supermercado, pisos tutelados, bibliotecas, bares y restaurantes, centros formativos, empresas, etc.). Por tanto, es condición indispensable para llevar a cabo este tipo de proyectos la coordinación y la integración con la red de recursos sociales, sanitarios, jurídicos y educativos, etc. existentes evitando la duplicidad de recursos y promoviendo la continuidad asistencial.

 

 

 

 

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